Uno de los mensajes más clásicos en los textos sobre innovación es que no siempre ésta exige de complejos desarrollos tecnológicos o rompedoras ideas de negocio. Este concepto suele venir acompañado de ejemplos como el Chupa-Chup, un caramelo al que alguien le puso un palo, o la fregona, una bayeta a la que alguién también le puso un palo...Pues bien, esta reflexión me vino a la cabeza el otro día en Murcia, cuando sobre la mesa del restaurante del hotel encontré el ingenioso invento cuya imagen acompaña este post: un sencillo pulsador que permiet solicitar la presencia del camarero, o la cuenta en su caso, agilizando el servicio - y la satisfacción - del cliente al tiempo que optimiza los recursos necesarios. Más información sobre el curioso aparato AQUI.
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AutorExplorador, dinamizador de negocios, gestor de equipos y profesor por vocación Archivos
Marzo 2017
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